
La llegada del frío en invierno puede tener un impacto considerable en la salud y apariencia del cabello, especialmente si no tomamos precauciones para protegerlo. Aunque muchas personas se enfocan en cuidar solamente su piel durante la temporada invernal, el cabello también necesita atención adicional debido a los cambios climáticos y ambientales, incluso en los interiores debido a las calefacciones o al mayor uso de fuentes de calor directa como secadores, planchas o calefacción.
En este artículo, desde BLUE, os explicamos cómo el frío puede afectar al cabello y qué medidas podemos tomar para mitigar sus efectos.
Contenido
¿Cómo afecta el frío al cabello?
Con los cambios de temperatura y la llegada del frío extremo, nuestro cabello y cuero cabelludo experimentan cambios que pueden derivar en daños que podemos evitar con unos cuidados básicos.
Algunos de los daños que se pueden presentar son:
- Mayor caída del cabello. Se debe a que el cuero cabelludo tiende a deshidratarse durante los meses más fríos, lo que puede generar una sensación de picazón e incluso resequedad. Si el cuero cabelludo no recibe la hidratación adecuada, el folículo piloso puede debilitarse, lo que aumenta la posibilidad de caída del cabello.
- Afectación de la circulación sanguínea en el cuero cabelludo. El frío extremo puede restringir la circulación sanguínea en la piel, incluido el cuero cabelludo. Esto podría afectar la nutrición y el oxígeno que llegan a los folículos pilosos, lo que debilita el cabello. Si el flujo sanguíneo es deficiente, los cabellos pueden crecer más lentamente y volverse más frágiles con el tiempo.
- Cambios en la producción de sebo. En invierno, algunas personas experimentan un desequilibrio en la producción de sebo, el aceite natural que produce el cuero cabelludo. En algunos casos, la piel del cuero cabelludo se vuelve más seca y no produce suficiente sebo, lo que deja el cabello más seco. En otros casos, el uso de productos hidratantes puede hacer que el cuero cabelludo produzca más sebo de lo habitual, lo que podría provocar un cabello más graso en las raíces.
- Fragilidad del cabello por el calor del secador y de la plancha. Durante el invierno, es común usar secadores de pelo, planchas o rizadores para secar el cabello rápidamente debido al frío. El uso frecuente de herramientas de calor, combinado con el aire seco del invierno, puede agravar la sequedad y la fragilidad del cabello. El calor excesivo puede dañar la estructura interna del cabello, debilitando las hebras y haciéndolas más propensas a romperse.
El estrés y los cambios hormonales que suelen ocurrir en invierno (debido a la falta de luz solar o el estrés estacional) también pueden influir en la caída del cabello.
¿Qué rutina hemos de llevar para cuidar el cabello en invierno?
Con los cuidados adecuados, como la hidratación, el uso de protección contra el calor y la elección de prendas más suaves, puedes mantener tu cabello saludable y protegido durante la temporada de invierno. Otras medidas preventivas son:
- Hidratar regularmente: usar productos capilares hidratantes en nuestro salón de peluquería, o en casa el tratamiento Rebonding de Emmediciotto, que reestructuran la fibra del cabello, ayudarán a mantener el pelo suave y flexible. Las mascarillas intensivas semanales, además, son una excelente opción para mantener la hidratación.
- Evitar el calor excesivo: reducir el uso de secadores y planchas en lo posible. Si debes usarlos, asegúrate de aplicar un protector térmico para minimizar el daño por calor.
- Usar gorros de materiales suaves: si tienes que usar gorros o bufandas, opta por materiales más suaves, como lana o algodón, que reduzcan la fricción con el cabello.
- Cepillar con suavidad: durante el invierno, es más importante que nunca cepillar el cabello con suavidad para evitar la rotura.
- Masajes en el cuero cabelludo: realizar masajes suaves en el cuero cabelludo puede mejorar la circulación sanguínea, ayudando a nutrir los folículos pilosos y favoreciendo un crecimiento capilar más saludable.
- Mantener el ambiente húmedo: si el aire en casa o lugar de trabajo es muy seco debido a la calefacción, hay que considerar el uso de un humidificador para añadir humedad al ambiente y evitar que tu cabello se deshidrate aún más.
- Proteger el cuero cabelludo: No hay que olvidar que el frío también puede afectar la piel del cuero cabelludo. La aplicación de aceites o productos que protejan el cuero cabelludo frenarán la resequedad y la irritación.
Prestar atención a estos detalles no solo te ayudará a mantener un cabello más bonito, sino que también contribuirá a su fortaleza y vitalidad a largo plazo.
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¿Qué hay que evitar para que el frío no dañe nuestro cabello?
Proteger el cabello del frío es esencial para mantener su salud y apariencia durante los meses invernales, ya que las bajas temperaturas y el aire seco pueden afectar negativamente la estructura capilar. Los principales puntos a evitar para mantener un cabello libre de daños por los cambios de temperatura estacionales son:
- Sequedad y deshidratación. El frío y la baja humedad del invierno pueden resecar el cabello, ya que el aire frío no tiene la capacidad de retener tanta humedad como el aire cálido. La falta de humedad en el ambiente hace que las fibras capilares pierdan su hidratación natural, lo que puede dar lugar a un cabello más seco, quebradizo y opaco.
- Frizz y electricidad estática. Cuando el cabello está seco y deshidratado, es más propenso al frizz, que se produce cuando las fibras capilares se hinchan al entrar en contacto con el aire seco. El frío, al igual que el calor, puede afectar la estructura del cabello, y si el cabello no está suficientemente hidratado, es probable que se vuelva más rebelde y se levante en pequeñas “frisadas”. Además, el aire seco puede generar electricidad estática, lo que hace que el cabello se encrespe aún más.
- Protección contra la rotura y las puntas abiertas. El frío puede hacer que las cutículas del cabello (la capa externa que protege la fibra capilar) se abran. Cuando esto ocurre, el cabello pierde humedad y se vuelve más vulnerable a la rotura, especialmente en las puntas. Si no proteges tu cabello del frío, las hebras se debilitarán y se romperán más fácilmente, resultando en puntas abiertas y un cabello más frágil en general.
- Temperatura del agua: el agua caliente puede eliminar los aceites naturales del cabello, dejándolo más seco. Opta por agua tibia o fría para lavar el cabello.
Como hemos explicdo, el frío invernal puede afectar seriamente la salud de tu cabello si no tomas las precauciones adecuadas. La deshidratación, el frizz, la rotura y la caída del cabello son solo algunos de los efectos del frío sobre el cabello. Protegerlo del aire frío y de los cambios bruscos de temperatura es esencial para mantenerlo saludable, hidratado y fuerte. Con los cuidados apropiados, puedes evitar el daño y mantener tu melena brillante y vibrante durante todo el invierno.
Desde BLUE podemos brindarte asesoramiento personalizado sobre cómo cuidar tu cabello ante el frío del invierno o cómo recuperar su salud y apariencia si está dañado.
Te invitamos a visitarnos en nuestro salón de peluquería para realizar un diagnóstico personalizado de tu cabello. Reserva ya tu cita: te esperamos en nuestro salón para aconsejarte y ayudarte a lucir cabello sano.